Reseña por Marialys de Monterroso

Muso dedica Mis memorias y mis comentarios sobre la fundación de la Universidad Francisco Marroquín a los que creyeron en él, y a los estudiantes, presentes y futuros, de la UFM.
Tuve el privilegio de pertenecer al grupo de sus alumnos. Su claridad mental, su convicción por las ideas, su coraje para afrontar un mundo hostil y su liderazgo nos inspiran todavía, para continuar construyendo su sueño por un mundo más libre.
Una de las causas principales de la pobreza en muchos países es la escasa comprensión que existe sobre cómo funciona el intercambio libre. Con eso en mente, Manuel Ayau dedicó lo mejor de sí a crear esta «historia de éxito», como la llamó Milton Friedman, que cambió el clima de debate en nuestro país.
Jamás podrá agradecérsele lo suficiente, pues, aparte de «lo que se ve», como decía Frédéric Bastiat, habrá mucho que «no se ve», que ha ocurrido, gracias al gran influjo que la UFM ha tenido en toda la región.
Invito a todos los amantes de la libertad a leer las memorias de este gran hombre y a contribuir con su gran obra: la Universidad Francisco Marroquín, que ha cambiado tanto la vida de muchos.
Marialys de Monterroso

Reseña por Fritz Thomas

El deber de un hombre
Fritz Thomas

Hay personas que en el transcurso de su vida encuentran y desarrollan un fuerte sentido de misión, un deber que se sienten impulsados a realizar; cumplirlo se decanta entre objetivo, meta, sueño y esperanza. Cultivan una vocación y dedicación a la lucha incansable contra todo obstáculo, para cumplir con ese deber. Manuel F. Ayau, Muso, fue una de esas personas.
Llevaba más de una década escribiendo artículos y folletos cuando publicó De Robinson Crusoe a Viernes: Un ensayo sobre la cooperación social (1968), libro que revela a un Muso ya armado con convicción racional, seguro de lo que propone. Es la expresión de un hombre que ha encontrado lo que buscaba, quiere compartirlo y llevarlo a la realidad. Se ocupa de los temas que formarían la base de su trabajo intelectual, político y educativo; cómo hacer para que la sociedad en que vivía prosperara, las bondades de la libertad, y la comprensión de la ley de asociación como fundamento de la cooperación social y el desarrollo.
Muso propone que el subdesarrollo y la pobreza son condiciones que tienen remedio, «porque obstáculos naturales insalvables no existen: los obstáculos existentes los ha creado el hombre». El potencial está. Su realización podría ser impedida por la falta de comprensión de principios fundamentales de la economía política, en especial la ley de asociación, también conocida como el principio de ventajas comparativas o ley de costos comparativos. Este era quizás el tema favorito de Muso, la fuente a la que regresaría una y otra vez, para argumentar cómo la propiedad y la libertad de comerciar es la base de una sociedad próspera y la ruta para escapar de sistemas de organización social sembrados en la servidumbre, el autoritarismo y la pobreza.
La introducción reproduce un ensayo de Frédéric Bastiat (1801-1850), un diálogo entre Robinson y Viernes, personajes de la novela de Daniel Defoe (1719), sobre las aventuras de un náufrago en una isla, cuya soledad es eventualmente interrumpida con el arribo de otra persona, Viernes. Bastiat inventa este diálogo picaresco para desterrar sofismas comunes y explicar, con humor y perspicacia, conceptos como costo de oportunidad, obstáculos a la prosperidad, el ahorro como sacrificio de consumo presente a cambio de mayor consumo futuro y los beneficios de la división del trabajo y el comercio. Este diálogo, dice Muso, es la inspiración del título de su ensayo De Robinson Crusoe a Viernes. Bastiat y Ayau tienen cierto parecido; son mentes ágiles que se pusieron como tarea escribir sobre ideas complejas de forma simple y accesible. Fueron «popularizadores» de principios de economía, derecho y libertad.
El segundo capítulo del ensayo de Muso es una «digresión sobre la libertad», que muestra la fuerte influencia de la ilustración escocesa en general, y de Friedrich Hayek en particular, sobre su forma de entenderla. Es la antesala para el uso que hará del término libre intercambio: «aquel acto en el que los participantes entregan lo propio a cambio de lo que reciben, sin coerción ni engaño».
Explica cómo la división del trabajo, basada en costos comparativos y el comercio permite aumentar las posibilidades de producción y consumo. O sea: es mutuamente ventajoso. El comercio no es un ejercicio de ganadores y perdedores, sino la forma de multiplicar los panes. Desarrolla ejemplos numéricos para explicar cómo la especialización reduce el costo de oportunidad y hace crecer el potencial y la forma en que el comercio amplía las posibilidades. A Muso le fascinaba exponer los pasos lógicos de la ley de ventajas comparativas: una secuencia racional, como los engranajes de un reloj, que producen algo más que la suma de sus partes; seguro apelaba a su formación como ingeniero mecánico.
Explicado el teorema, Muso lo usa como base para discutir el desarrollo de la sociedad, la distribución de ingresos, el sistema de precios y el comercio internacional. Explora el papel del sistema de reglas: un Estado de derecho que protege la propiedad y el libre intercambio como fundamento para la prosperidad social. Muso nos exhorta a preguntarnos: «¿Qué puedo hacer para lograr tener más cosas, vivir mejor?» y añade que esta es otra forma de preguntar «¿Cómo puedo servir mejor a la sociedad?». En De Robinson Crusoe a Viernes, Muso responde ambas preguntas.

Reseña por Julio Cole

Reseña sobre El proceso económico de Manuel F. Ayau

El proceso económico es un texto introductorio en el que se explican los mecanismos que hacen funcionar una economía de mercado libre y los fundamentos éticos y sociales de la misma. Escrito por el doctor Manuel Ayau —prominente empresario guatemalteco y rector-fundador de la Universidad Francisco Marroquín—, en el libro se muestran, de forma sencilla, teorías y principios económicos complejos, presentándolos de una manera atractiva y fácil de entender.

Uno de los puntos más consistentes de dicho libro es la claridad con que se explica su contenido. El doctor Ayau analiza hábilmente los conceptos fundamentales de la economía: el sistema de precios, la oferta y la demanda, el sistema monetario, los impuestos, el comercio internacional, la bolsa de valores y la función social de la propiedad privada, utilizando para ello ejemplos del mundo real y los escenarios identificables. Esto no solo facilita una comprensión profunda del análisis económico, sino también subraya su importancia práctica en la vida cotidiana, asegurando de este modo su relevancia en un mundo dinámico y en constante cambio. Al respecto, comenta el doctor Ayau en su introducción:

… no es necesaria la comprensión del fenómeno económico para que se dé la cooperación social en forma coordinada y que, como resultado, la civilización progrese. Pero es de elemental prudencia que las personas que determinarán, directa o indirectamente, la política económica de la sociedad en que viven, tengan suficiente comprensión de los mecanismos que coordinan los actos de las personas en una sociedad libre, para evitar la costosa imprudencia de intervenir en ellos sin la debida apreciación de las consecuencias de equivocarse.

Una cosa que distingue a El proceso económico es su atractivo estilo literario. El doctor Ayau proyecta un gran entusiasmo y una pasión genuina por el tema, y la inclusión de lecturas complementarias, estudios de casos y aplicaciones prácticas mejora todavía más la experiencia del aprendizaje, fomentando el pensamiento crítico en la aplicación de los principios económicos.

Si bien el libro mantiene un enfoque académico riguroso (todos los capítulos incluyen extensas bibliografías sobre los temas analizados), sigue siendo entendible para estudiantes sin previa formación en economía. El uso de gráficos, tablas, resúmenes claros y definiciones oportunas ayuda a la comprensión de conceptos clave y se adapta a diversos estilos de aprendizaje.

El proceso económico, por tanto, es un texto que logra equilibrar profundidad de contenido y accesibilidad. La experiencia y la pasión del doctor Ayau por el tema brillan en cada página, lo que hace de este libro un recurso invaluable para los estudiantes que se embarcan por primera vez en su viaje hacia el fascinante mundo de la economía.

— Julio H. Cole

Reseña por Fritz Thomas

Un hombre con sentido común
Fritz Thomas

Manuel F. Ayau, Muso, fue un hombre de convicciones fuertes, aunque no se le podría describir como una persona ideológica. Su razonamiento era riguroso, ordenado, eslabonado e intelectualmente honesto. Le atraía el reto de que se le demostrara que estaba equivocado, que sacudieran sus ideas para ver si caían errores; aprender era una tarea de vida. Creía en el poder de las ideas y en tal arena fue un feroz combatiente; por temperamento y principio privilegió la persuasión como su arma predilecta y siempre rechazó la violencia y la coerción. Muso criticaba y señalaba, pero además proponía. Dedicó mucho tiempo y esfuerzo a comprender cómo mejorar el nivel de vida; no la suya, sino la del prójimo. Cuando obtuvo esta comprensión, se dedicó con ahínco a compartirla, explicarla y proponer cómo aplicarla a problemas sociales.
Sentido común: 50 años de congruencia liberal es una antología de artículos y columnas escritas por Manuel F. Ayau a lo largo de medio siglo. Escribió al menos dos mil artículos, publicados en los diarios Prensa Libre, El Imparcial, La Nación, El Gráfico y en Tópicos de actualidad del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES). Esta colección recoge 173 de ellos, organizados por décadas, de 1962 al 2010. Es digno mencionar que en los últimos años cuando publicaba su columna semanal Sentido común, en Prensa Libre (PL), los demás medios mencionados habían dejado de circular, pero la pluma de Muso sobrevivió a todos.
Los artículos que escribió durante más de medio siglo atendían tanto a problemas sociales, económicos y políticos del momento, como a temas eternos que requieren ser atendidos y reaprendidos en toda generación. Combatía el intervencionismo, el proteccionismo, el mercantilismo, el privilegio, la ingeniería social y las políticas que obstaculizaban la iniciativa y la libertad de las personas para producir y comerciar libremente. Abogaba por el Estado de derecho, la rectitud, la probidad y la institucionalidad que promovieran las relaciones voluntarias y pacíficas en la sociedad. A lo largo de todos esos años de pluma combativa con su respectiva propuesta, cambiaron las circunstancias y los problemas, pero sus principios y convicciones se mantuvieron constantes. Fue testigo de diversas victorias; muchas de sus propuestas y anhelos cobraron realidad; siempre surgían nuevas situaciones y retos que lo animaban a denunciar, explicar y proponer.
Escribió sobre gran variedad de temas y mi propósito no es resumir contenidos. Escojo destacar una actitud: su buena fe. Según Muso, el mayor peligro para la sociedad no sería necesariamente la maldad, sino la ignorancia; las buenas intenciones guiadas por ideas equivocadas. En La intolerancia es la causa de la violencia, escribe: «generalmente, estas personas no admiten las buenas intenciones de quienes no están de acuerdo con ellas. La intolerancia no siempre ocurre por intenciones perversas o por maldad. Quizá es más frecuente en personas de buena voluntad» (CEES 572, 1984). Tantas veces exhibida, su actitud es reforzada en dirigir o liberar: «no es picardía lo que nos mantiene pobres. Es la pretensión de nuestro conocimiento… del constructivismo; es decir, de la ausencia de un régimen de derecho que deje en paz y en libertad a los habitantes para crear su prosperidad» (PL, 1995).
Durante las décadas que Muso dedicó a escribir, es recurrente la idea de que la comprensión y aplicación de principios fundamentales de la economía y el derecho eran accesibles; que el conocimiento, el sano juicio y la prudencia eran la forma de abordar las circunstancias y los hechos. Siempre se mantuvo optimista sobre el sentido común de las personas.

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